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El uso desmedido de aparatos tecnológicos puede provocar dolencias en el cuerpo

Caminar con la cabeza gacha y la vista en el celular, pasar varias horas encorvado frente a la computadora y mantener por largo rato la mano en forma de caparazón para manipular el mouse, son posturas que se tornaron habituales a partir de la inclusión de la tecnología en la vida cotidiana. El problema radica en que estas formas que va adoptando el cuerpo en función de los aparatos pueden traer dolorosas consecuencias.

Recientemente, investigadores de la Universidad de Texas publicaron un estudio en el que aseguran que debido al celular está cambiando la forma de caminar de los seres humanos. Señalan que las personas que avanzan mirando la pantalla del teléfono “acortan la longitud de paso, reducen la frecuencia del mismo, alargan el tiempo durante el cual ambos pies están en contacto con el suelo y son capaces de evitar obstáculos sin que lo noten”.

Según las conclusiones del estudio, que se realizó a partir del seguimiento de 30 voluntarios, estas personas no aumentan los riesgos de sufrir tropiezos porque con ese modo de andar reducen la velocidad al desplazarse y desarrollan un estado de alerta, que actuaría como un hábito de “protección”.

Los perjuicios de esta costumbre, cada vez más arraigada, recaen sobre la postura: las personas adoptan una posición del cuerpo más encorvada y esto puede causar falta de equilibrio y estrés en las cervicales: la inclinación a 60 grados del cuerpo para mirar mensajes de textos genera una fuerza de 27 kilos sobre la espalda, algo que puede generar dolor en la zona.

Por otro lado, también las manos pueden sufrir las consecuencias del uso desmedido de la tecnología, ya que quienes pasan varias horas escribiendo en la computadora o manipulando el mouse pueden padecer dolor e hinchazón de los tendones.

El traumatólogo Álvaro Borris, especialista en cirugía espinal, afirma que una de las dolencias más comunes de estos tiempos, que suele generarse por pasar varias horas sentado frente a la computadora, es la cervicalgia. Entre sus síntomas figuran las contracturas, la pérdida de movilidad, el dolor de cuello, cabeza o en la base del cráneo y raíz de los brazos. También puede generar mareos, vértigo, hormigueos en las manos, zumbido en los oídos y vómitos.

Según explica el especialista, el mayor problema, en este caso, se halla en la flexión del cuello en forma repetida hacia adelante (para acercar la cara al monitor). Y en la columna encorvada. Para evitar estos problemas, Borris recomienda usar sillas ergonómicas (ayudan a mantener una buena postura), mantener el monitor a la altura de los ojos para que el cuello no esté inclinado hacia arriba o abajo; apoyar, siempre que se pueda, los codos en los apoyabrazos y cambiar la postura cada tanto. Lo más importante, afirma el traumatólogo, es realizar actividad física de forma regular.

Según un informe del Colegio de Kinesiólogos de la Provincia de Buenos Aires, más de la mitad de las consultas de pacientes afectados por problemas de columna, son atribuibles a malas posturas por el uso abusivo de computadoras y celulares.

Desde el colegio de kinesiólogos advierten que en muchos casos el cuello “se adapta de tal manera a la posición inadecuada, que luego resulta complicado devolverlo a su estado habitual y pierde su curvatura natural”.

“Lo cierto es que si bien nuestra columna cervical, naturalmente, es proclive a rectificarse luego de los 40 años de edad; hoy vemos que a edad temprana (entre los 12 y 17 años) no solo encontramos rectificaciones sino, peor que eso, inversiones de la curvatura normal aparejada a síntomas muchas veces incapacitantes y de sintomatología permanente como rigidez de cuello, dolor de hombros y espalda y hasta trastornos de la deglución”, sostiene el licenciado Daniel García, kinesiólogo fisiatra.

Para evitar estos inconvenientes, los especialistas recomiendan detectar tempranamente los síntomas y consultar a un médico para que oriente sobre posibles pequeños cambios en algunos hábitos.

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